Monterrey, Nuevo León, a 04 de mayo de 2020. Al concluir el periodo ordinario de sesiones de la actual Legislatura, los ciudadanos constatamos que la falta de voluntad política de los diputados locales ha condenado a una parálisis de facto del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) de Nuevo León.
Los procesos clave y nombramientos pendientes para la correcta operación del SEA quedan una vez más en excusas de los legisladores para evadir la responsabilidad que asumieron con el cargo que la ciudadanía les asignó.
Ejemplo de lo anterior, es que han pasado más de 560 días desde que el Comité de Selección quedó incompleto, y pese a la insistencia reiterada de la Coalición Anticorrupción y otras organizaciones de la sociedad civil, además de reuniones con los diputados sobre la urgencia de cubrir las vacantes de este órgano; el llamado simplemente ha caído en oídos sordos.
La consecuencia de esta inacción de los diputados es que pone en entredicho a todos los demás nombramientos pendientes, como el reemplazo de Guadalupe Rivas, primera integrante del Comité de Participación Ciudadana, quien terminó su periodo el 30 de septiembre de 2019, hace 217 días. Y se suma el hecho de que ni siquiera se ha iniciado el proceso de selección para el reemplazo de Mauricio Aldape quien renunció el 28 de enero de este año, hace 93 días.
Frente a toda esta falta de voluntad, nos preocupa que nos encontramos a 6 meses de que Juan Carlos Gastelum deje la presidencia del Comité de Participación Ciudadana, y no exista ninguna certeza que este proceso de reemplazo se cumpla en tiempo y forma.
A todo esto, se suman las reformas pendientes de la Ley del Sistema Estatal Anticorrupción y la reforma de la Ley de Fiscalización, que ni siquiera fueron analizadas por los diputados en comisiones durante el periodo que concluye.
Estas situaciones que postergan aún más el estancamiento del SEA pareciera ser muy conveniente para los legisladores locales, afectando seriamente las instancias de representación ciudadana del Sistema, y fomentando condiciones para la captura política de estos órganos.
Desde el inicio de la actual Legislatura, la ciudadanía espera un compromiso real de los diputados como los primeros promotores de la legalidad. Pero de cara al panorama actual, vemos como los legisladores de Nuevo León se han convertido en los principales alimentadores de la ‘Rata de la Corrupción’, mientras el combate efectivo contra la corrupción es tan sólo un sueño de los ciudadanos.